miércoles, 18 de octubre de 2006

La Política Migratoria de EEUU: A contramano del mundo

Estados Unidos enfrenta el más grande desafía a su liderazgo global en ciencia y tecnología desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

Industrias de alta tecnología en Asia y la Unión Europea se están volviendo más competitivas. El sector de alta tecnología de Japón, China, Taiwán y Corea del sur ha alcanzado un crecimiento dramático en los últimos veinte años.

Como resultado, naciones en todo el mundo se están volviendo más exitosas no solo persuadiendo a sus propios científicos, ingenieros y otros trabajadores altamente capaces de quedarse o regresar a sus países de origen, pero en atraer trabajadores extranjeros también.

Pero el gobierno de Washington se mueve en dirección contraria, imponiendo límites numéricos arbitrarios a la entrada de científicos e ingenieros extranjeros al país. El continuar en esta senda le dice al resto del mundo que las puertas se están cerrando a la comunidad científica internacional y, a su vez, el progreso económico y científico. Otras naciones cosecharán los beneficios y los EEUU sufrirán en el largo plazo.

La inmensa incapacidad de los límites actuales para la inmigración de personal calificado es más aparente en el caso de profesionales extranjeros que quieren ingresar a los EEUU con visas H-1B (para trabajadores temporarios en "trabajos de especialidad") y aquellos que aplican para la residencia legal permanente (la "green card") en el caso de las categorías EB-2 y EB-3 (profesionales, personas con títulos avanzados o "personas de habilidad excepcional").

El 28 de julio, el servicio de Ciudadanía e Inmigración de los EEUU anunció que el límite del año 2007 de 20.000 visas H1B para trabajadores con un título avanzado de una universidad Americana había sido completado dos meses antes que empezara. Este anuncio vino luego de que se anunciara que el límite de 65.000 visas H1B de las otras categorías ya había sido alcanzado para el año fiscal 2007.

La imposición de límites arbitrarios para la inmigración de mano de obra altamente calificada es absurda ya que han sido los inmigrantes los que han ayudado a construir muchas de las más avanzadas y competitivas industrias de la economía estadounidense. Las diversas contribuciones de profesionales extranjeros fueron inconmensurables en crear la economía tecnológica de los 1990 y siguen siendo indispensables para mantener la preeminencia global Americana en un enorme rango de campos científicos y técnicos. Por ejemplo, empresarios Chinos e hindúes fundaron o administraban el 30% de las compañías tecnológicas de Silicon Valley en el año 2000, alcanzando los 20 mil millones de dólares en ventas y 70.000 trabajos.

En 2003, el 51% de los ingenieros en los EEUU que tenían doctorados eran inmigrantes, así como el 48% de los informáticos con doctorados. Más aun, los estudiantes extranjeros con visas temporales sumaron el 44% de los doctorados entregados en matemática y ciencias informáticas y el 55% de los otorgados en ingeniería.

La demanda de científicos e ingenieros extranjeros en los EEUU solo tenderá a incrementarse a medida que la población envejece y la generación de los Baby Boomers se jubile.

Además, relativamente pocos estudiantes nativos están buscando títulos avanzados en ciencia e ingeniería. Para mantenerse competitivo en una economía global cada vez más tecnológica, los EEUU deberán realizar significativas inversiones en la educación en matemática y ciencias en sus ciudadanos, y contratar agresivamente a profesionales extranjeros para llenar las vacantes que su propia fuerza laboral no tiene la capacidad de completar. Sin ese acercamiento de dos vías, el EEUU nunca se beneficiará de la circulación transnacional de ideas e innovaciones que han cimentado los avances tecnológicos y científicos en el país desde su fundación. Citando a la Academia Nacional de Ciencias de los EEUU, "La ciencia es una empresa global", no limitada a naciones o nacionalidades particulares.

Si los EEUU no quiere los mejores científicos e ingenieros que el mundo tiene para ofrecer, muchas otras naciones sí. Japón y la Unión Europea, han relajado sus leyes de trabajo extranjero para atraer mano de obra capacitada del exterior. Otros países obviamente seguirán ese patrón.

A pesar del desafío dual de la creciente competencia por trabajadores calificados en el exterior y la envejecida mano de obra local, las políticas migratorias actuales de EEUU dificultan en extremo la posibilidad de atraer profesionales capaces.

Límites en la inmigración calificada que no tengan correlato con la demanda laboral real del país amenazan con desbancar la preeminencia y la competitividad internacional de los EEUU en campos científicos y técnicos que son de vital importancia para la economía y la seguridad de la nación.

Topes numéricos arbitrarios en la entrada de científicos e ingenieros extranjeros al país solo sirven para restarle un precioso bien al país: Talento Humano.

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