miércoles, 22 de noviembre de 2006

Imaginando el Futuro Google. Segundo escenario (circa 2015)

GOOGLE ES LA INTERNET.
Wi-Fi gratis, una versión más rápida de la Web, el Gbrowser y el cubo transforman el panorama tecnológico y nuestro lenguaje.
Hace tiempo ya que “Google” no se refiere únicamente a una compañía de Silicon Valley. Sus abogados estuvieron luchando en contra del uso del verbo “Googlear” desde el año 2003. Pero durante la última década, y en especial en la generación nacida después del milenio, la palabra se ha convertido en algo intercambiable con “Internet,” “Computadora” y “Llamada telefónica.” Por ejemplo: “¿Viste esa película en Google? Y “Googleame el miércoles a la tarde a ver qué hacemos.” Esto no es simplemente una deformación lingüística, Para muchas tareas cotidianas, Google se ha convertido en la plataforma tecnológica, la red de comunicaciones y la Internet propiamente dicha.
La ubicuita GoogleNet, que cubre cada centro urbano importante del mundo con acceso inalámbrico gratuito, servicio de celular y publicidad apuntada a los locales, (comenzando en el experimento de San Francisco en 2007), es únicamente la parte visible del iceberg. Desde los primeros años del siglo, Google compró miles de kilómetros de fibra óptica en desuso, llamada Fibra Oscura. Luego empezó a construir una miríada de data centres, enviando millones de crawlers (programas automatizados que navegan la Web autónomamente), y guardando una copia de toda la información buscable en la Web, primero semanalmente, luego diariamente, ahora minuto a minuto.
La consecuencia fue que se volvió más rápido y facil utilizar la copia de Google de la web que la lenta Web real. Es por eso que Gbrowser, lanzado en 2008 despegó: tenía acceso prioritario a las versiones Google de la Web, al contrario del largamente muerto Internet Explorer de Microsoft. Gbrowser también tenía millones de nuevas características, como un sistema de micropagos sin comisiones que se deshizo de PayPal (en conjunto con las tiendas virtuales en Google Base) eventualmente empujó al anterior rey de las subastas eBay al borde de la quiebra.
Pero la verdadera genialidad del Gbrowser fue convertir al sistema operativo en algo irrelevante. Muy poca gente sabe o le importa hoy en día qué sistema operativo tienen sus computadoras, sea Windows, Linux o Mac OS. Es simplemente parte de las cañerías. Gbrowser maneja casi todo lo demás cuando usas una computadora, en especial desde que Google adquirió el software OpenOffice y lo incluyó. La investigación del Departamento de Justicia de los EEUU acerca de si Google se convirtió en un monopolio ilegal concluyó cinco años atrás; seguramente habría tenido mejores repercusiones si la demanda no hubiese sido entablada por Microsoft.
Además, pocos consumidores se quejan. Nadie que recuerde el tétrico servicio al cliente y cargos de roaming de las viejas empresas de comunicaciones quiere dejar su Google Phone. Y el Google Cube, del año 2010, un pequeño servidor que fue distribuido tan gratis como los CDs de AOL solía regalar, se ha convertido en indispensable en cada hogar, manejando la TV, música, termostato, y para los menos esforzados, hasta el horno.
Entre la generación de los más jóvenes ha nacido una nueva frase: ¿Ya googleaste la cena?

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